El enojo en los dueños cuando su perro se enferma

Estar en el servicio de mascotas suele ser algo muy interesante, especialmente en estos casos donde tu experiencia rápidamente puede llevar a que comentes

“Noto que su perro esta teniendo “esto” o “lo otro” le recomiendo un chequeo con su médico veterinario.
He notado muchas conductas debido a mis comentarios, pero la realidad es que y vocación, considero una oportunidad para revisar algunas situaciones que puede estar afectando la salud de tu perro.

Algunos seres humanos me han salido no creyentes de la información que brindo, otros que no les interesa, algunos que les interesa hasta demasiado, y otro peculiar humano que se torna agresivo, defensivo y enojado ante la posibilidad que su mascota este enfermo.

Me intereso averiguar un poco a que se debe el enojo hacia una enfermedad, algo que puede pasarnos a cualquier en cualquier momento y también puede pasarles a su perro.

Es común que las personas sientan frustración o enojo cuando su perro se enferma, especialmente si han puesto esfuerzo en cuidar de él. Esta reacción emocional puede tener varias causas psicológicas y sociales, entre ellas:
Sentimiento de responsabilidad personal
• Vínculo emocional profundo: Para muchas personas, sus perros son miembros de la familia. Si el perro se enferma, sienten que de alguna manera han fallado en protegerlo.
• Expectativa de control: Siguen todas las recomendaciones esperando evitar problemas, pero cuando ocurre una enfermedad, sienten que el resultado contradice su esfuerzo. Esto genera frustración.
Percepción de injusticia
• Esfuerzo no recompensado: Hacer todo lo “correcto” (buena alimentación, visitas al veterinario, ejercicio) y aun así ver a su perro enfermo puede parecerles injusto.
• Comparación social: Ven a personas que no cuidan tanto a sus mascotas y cuyos perros parecen estar bien, lo que aumenta su sensación de que la situación es “inmerecida”.
Impotencia ante lo imprevisible
• La naturaleza no es 100% controlable: A pesar de todos los cuidados, hay factores genéticos, ambientales o simples accidentes que escapan al control humano.
• Para algunas personas, aceptar esto es difícil, especialmente si están acostumbradas a controlar otras áreas de su vida.
Influencia de la sociedad y la culpa externa
• Presión social: Existe un ideal de “dueño perfecto” en redes sociales y comunidades de mascotas. Esto puede hacer que las personas se sientan juzgadas si su perro enferma, asumiendo que otros creen que hicieron algo mal.
• Autoculpabilidad: Incluso si no tienen la culpa, algunas personas interiorizan esta presión y sienten que no fueron lo suficientemente buenos cuidadores.
Ansiedad por el bienestar del perro
• Miedo a lo desconocido: La enfermedad puede ser aterradora, sobre todo si implica dolor o riesgo de muerte para el perro. Esto puede manifestarse como enojo hacia la situación o incluso hacia los consejos médicos que “no funcionaron”.
• Inversión emocional y económica: Cuidar de un perro implica recursos significativos. Ver que algo “sale mal” puede sentirse como una pérdida injusta.
¿Cómo manejar esta frustración?
1. Aceptar la incertidumbre: Entender que, por más esfuerzo que hagamos, no todo está bajo nuestro control.
2. Confiar en el proceso: Mantener la confianza en que están haciendo lo mejor posible, incluso cuando los resultados no sean perfectos.
3. Aprender de la experiencia: Las enfermedades pueden ser inevitables, pero también son oportunidades para mejorar cuidados y aumentar el conocimiento.
4. Buscar apoyo emocional: Hablar con otros dueños de mascotas o profesionales puede ayudar a procesar el enojo y la frustración.

La enfermedad es algo inevitable, por lo que si estas haciendo todo lo mejor que puedes hacer, lo estas haciendo muy bien.

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